El sábado 18 de febrero, se levantó un día precioso, despejado de nubes y con un sol espléndido que hizo que olvidáramos los chubascos y el frío polar de las últimas semanas.
Participamos en nuestra primera regata después de la varada anual. Organizada por ORZA, se tuvo que retrasar la salida, más de media hora por el escaso viento que se movía entre 2-4 nudos.
Finalmente tomamos la salida con a penas 5-6 nudos de viento del norte. Los molinos de punta Lucero seguían parados y el humo de alguna chimenea de la zona del puerto era completamente vertical. Lo que no auguraba ninguna mejoría. 
El mar, afortunadamente, estaba muy plano. Esto hizo que nos moviéramos con gran lentitud. En los primeros lances cruzamos delante de Esmolet y Kuin a los que les hicimos unas fotos muy chulas. También de Bunda, con el que posteriormente tuvimos que hacer una doble virada para evitar su desvente.
Los barcos pequeños y ligeros tipo first class, sacaron ventaja de las circunstancias. Las horas pasaban y el viento de componente norte, en vez de subir caía cada vez más. La organización tuvo que acortar el recorrido, dando la llegada en un lugar tan inusual como es la boya de Zierbana.
Al menos nos quitamos el gusanillo de navegar, disfrutamos del sol y de una animada comida abordo.
