miércoles

Navegando hasta Coruña

Después de una larga etapa a motor por la falta de viento, arribamos a Ribadeo que cuenta con una marina excelente y un casco urbano muy bonito (aunque en cuesta arriba). El ejercicio de pilotaje requiere dos enfilaciones sucesivas. La de la foto era la segunda, ciertamente a veces resulta muy dificil distinguir las marcas en tierra.











En Viveiro
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En Cedeira, la bahía proporciona un abrigo excelente aunque no hay marina ni facilidades para barcos en tránsito. Una pena porque tanto al ir como al volver vimos que había una media de 10-12 barcos fondeados. En nuestra segunda visita a este fondeadero, enredamos el ancla con viejas líneas y muertos que hay en el fondo. No pudimos soltarlo a pesar de haber montado un orinque. Unos pescadores aficionados locales nos ayudaron con su motora a liberarla.








En el fondeadero de Cedeira arriban muchas embarcaciones francesas, algunas llaman la atención, como este prototipo de trimarán con un indudable aire de haber sido auto-construido por su armador









En A'Coruña
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En San Vicente de la Barquera, practicamos el noble arte de abarloarnos a un pesquero. Pronto un pescador de avanzada edad, que resultó ser el padre de los armadores, apareció en escena refunfuñando. Al final resultó ser un tipo agradable con bastante conversación.










En Santander dedicamos varios días a practicar el buceo. Entre inmersión e inmersión hicimos algunas labores de mantenimiento, incluyendo reforzar los reflectores de radar y su fijación.